El efecto del sueño en el sistema inmunológico
Para reducir la predisposición a sufrir infecciones, hay que asegurarse de dormir toda la noche. Existe una investigación que muestra que el riesgo de tener un sistema inmunológico debilitado aumenta de forma significativa cuando no se duerme lo suficiente o se duerme mal.
La privación de sueño produce síntomas de resfriado
Las personas que duermen poco corren un riesgo muy superior de contraer resfriados y otras infecciones, como demuestra un amplio estudio de privación del sueño e infección de las vías respiratorias altas. Otros estudios que se han centrado en la relación entre sueño y enfermedad establecen la conclusión de que la falta de sueño durante un periodo prolongado aumenta el riesgo de padecer infecciones, sobre todo si se duermen menos de seis horas. En estos casos, la predisposición a sufrir un resfriado o una infección es aproximadamente cuatro veces mayor.
El sueño influye en el sistema inmunológico
La privación de sueño afecta de forma negativa a la transferencia del sistema inmunológico de glóbulos blancos a la circulación linfática. Esto conlleva que los glóbulos blancos no estén disponibles cuando y donde se necesitan, permitiendo que se produzcan infecciones. En concreto los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos, son menos eficaces cuando existe falta de sueño. Incluso el funcionamiento de moléculas vitales, que indican glóbulos blancos, se ve afectado de forma negativa por la privación de sueño.
Duración recomendada del sueño
Es de suma importancia que las personas duerman el tiempo recomendado, siendo en el caso de los adultos entre 7 y 9 horas por la noche. Esto no solo debe hacerse durante la pandemia de la COVID-19, sino que deberían ponerlo en práctica todas las personas que quieran prevenir problemas de salud. Una buena forma de abordar la falta de sueño es garantizando una comodidad adecuada a la hora de dormir. Así pues, quizá merezca la pena invertir en un colchón o una cama que sean verdaderamente cómodos. El tipo adecuado de edredón y ropa de cama también ayudan a mantener una temperatura corporal correcta y a reducir el riesgo de despertarse durante la noche e interrumpir el ciclo de sueño.
Fuente: Información de Sleep and Health de Aric A. Prather